miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿Qué es el Adviento?

¿QUÉ ES EL ADVIENTO?


*Es la alegría que siente todo cristiano ante la llegada inminente del que nos trae todo: JESÚS

*Es la esperanza que no defrauda, al saber que los hombres no estamos solos. Que Alguien sale nuestro encuentro. Que Dios apuesta fuertemente por el hombre.


*Es la inquietud de algo que nos impresiona y que nos conmueve: EL AMOR DE DIOS EN UN PESEBRE


*Es el hombre que, por soñar, sueña con un mundo nuevo, con un orden distinto: LA FRATERNIDAD

*Es el deseo de mejorar, de perfeccionar nuestras actitudes ante el nacimiento de un Niño


*Es saber que, la Navidad, no es del color que nos la pinta la sociedad. Que, la Navidad, tiene su tono divino: DIOS SE HACE HOMBRE

*Es comprender que, ser hombre, es algo grande. Que despreciar la vida o aniquilarla, es dejar muchos pesebres sin contenido y muchos corazones destrozados

*Es creer que Dios se hace pequeño y, porque se hace pequeño, es necesario construir una puerta humilde para entrar a verle

*Es despertar en nuestras familias los deseos de una Navidad santa y cristiana; apartando de ella lo que la degrada y, recuperando para esos días, lo que la santifica: oración, bien, caridad

*Es ponerse en camino hacia Belén. Es no detenerse, a pesar de que algunos nos digan que Dios se ha desentendido de nuestro mundo. Es saber que, en el inmenso campo de nuestra vida, los ángeles nos darán una buena noticia: para vosotros, Dios ha nacido

*Es sentirnos libres de muchas esclavitudes. Es buscar al gran libertador; al que, sin más armas que la inocencia y el amor, será capaz de ganar las grandes batallas que anidan en nuestros corazones


*Es huir de la autosuficiencia. Es defender a Jesús de tantos “Herodes” que intentan aniquilar su presencia en nuestro mundo.


El adviento nos convierte en centinelas. Nos hace permanecer en pie para que, cuando el Señor aparezca en el horizonte, seamos capaces de gritar a los cuatro vientos: ¡Gracias Señor! ¡Has venido a salvarnos!



DECÁLOGO DEL ADVIENTO 2010


1. Prepárate al nacimiento de Cristo. Tu corazón ha de ser la mejor cuna. Tus buenas obras el mejor calor.


2. Prepara tu hogar a la llegada del Salvador. No permitas que otros elementos extraños, folclóricos y sin sentido cristiano, distorsionen lo que vamos a celebrar.


3. Enciende, cada semana de adviento, una vela de distinto color en tu hogar. Te recordará que Jesús está llegando y que tu casa está velando.


4. La llegada de un niño supone siempre un cambio de hábitos. El adviento es un tiempo oportuno para arrojar de la casa de nuestro corazón aquello que puede estorbar a ese niño.


5. Aprovecha estas semanas para rezar un poco más, para comprometerte en alguna causa noble o caritativa. Si Dios se hace hombre ¿no sería bueno que tú descubrieras tu buen corazón en alguien?


6. Indica a tu familia lo que significa la Navidad. No permitas, o purifica, aquellos elementos que nos roban al “NIÑO” de esos días santos y familiares.

7. Allana aquellos caminos que, la convivencia, los malos modales, las palabras fueras de tono te han podido dificultar el encuentro con los demás. Dios, al nacer, nos pide sólo eso: amor


8. Ablanda el corazón con la oración. Vive más intensamente la Eucaristía. Asiste con los tuyos. Si el Señor vino y se encontró con una familia…qué menos que lo esperemos también así: en familia


9. No pierdas la esperanza. Ni las dificultades ni los problemas se desvanecen de la noche a la mañana. Pero, un cristiano sin esperanza, resulta ser como un arpa sin cuerdas: no anima cuando es requerida su música


10. No dejes de soñar. Si el Señor se hace hombre, como nosotros, es porque tiene un sueño: que seamos hermanos, que salgamos a su encuentro con el deseo de amarle

jueves, 14 de octubre de 2010

Fantasmas en el discernimiento vocacional

¿Estás en discernimiento vocacional?

Esta reflexión puede darte luces y tips para vivirlo con mayor libertad, claridad y confianza. ¡Aprovechala!


FANTASMAS EN EL PROCESO VOCACIONAL


Ante la propuesta que Jesús nos hace de seguirlo se nos presentan diferentes opciones, los estados de vida que ya conocemos: Vida Religiosa, Matrimonio, Soltería. ¿A cuál de estos te sientes llamada (o)? ¿Tienes ya la claridad de qué camino elegir? ¿Por qué?

Porque la vida es un camino, una ruta nunca trazada de antemano como lo hacen creer los adivinos, los horóscopos, etc. Por el contrario, se va haciendo a través de sucesivas decisiones. En los momentos más importantes de la vida hay que optar, hay que tomar decisiones. Los momentos de opción hacen que algunos instantes de la vida se conviertan en realmente importantes y que no los olvidemos jamás. Generalmente esos momentos son los que nos dan la posibilidad de crecer y adquirir madurez.
Pero de frente a las decisiones importantes, como en el discernimiento vocacional, muchas veces nos surgen “Fantasmas”. Fantasma es sinónimo de lo desconocido, nos referimos a aquellas realidades que por no ser claras en nuestra vida, nos causan miedo. El Evangelio nos presenta algunas escenas en las que los discípulos dudan de Jesús por que no lo ven claro, esta no identificación de Jesús causa miedo e incluso se le llama “Fantasma” Mc 6, 40-50.
Cuando se es joven y se está en vísperas de tomar decisiones fundamentales, los fantasmas también aparecen y bloquean cualquier acción que deseemos emprender. En el discernimiento vocacional pueden confundirnos tanto que nos impiden ver con claridad a Jesús y su proyecto para nosotras.

El miedo al fracaso

El fracaso es un fantasma que hace sufrir a casi todos los hombres. Por ejemplo, un estudiante teme reprobar sus materias, una chica vive temerosa de que su novio la deje por otra, la mamá teme que sus hijos se revelen y le pierdan el afecto porque se sentirá fracasada como madre, etc. Todos tememos algo, sería necesario no hacer nada, como el único refugio contra el riesgo del fracaso. Pero la persona que a nada se atreve y que nada espera, ya es un fracasado.

1 Rey 3, 5-12. El temor de Salomón al fracaso es claro porque es joven y no tiene experiencia, por que no sabe gobernar. Los jóvenes en discernimiento piensan muchas veces que no van a lograr lo que buscan, que nadie los va a entender; que todavía son jóvenes y es mejor esperar para madurar y tomar decisiones, que a lo mejor se equivocan, etc. Si se quedan en esos temores, nunca se darán la oportunidad de demostrarse que son capaces de eso y mucho más como lo logró Salomón.
El temor al éxito y a las responsabilidades

¿Temor al éxito? ¿a caso no todos deseamos el éxito? Sin embargo, el éxito puede presentarse como una amenaza más grande que el fracaso, sobre todo cuando se trata de personas inseguras y con poca confianza en sí mismos. El sabor del éxito puede resultar amargo porque temen que las expectativas ajenas al respecto de ellos se vuelvan más exigentes; si estoy seguro de que voy a caerme de una montaña muy alta, temeré subir más arriba para no caer tan fuertemente. El éxito que obtenga aumentará las demandas de los demás y me impondrá mayores responsabilidades. Las responsabilidades producen miedo y angustia.

Miedo a la intimidad

La intimidad exige honestidad, transparencia y confianza en esotro. Todo esto nos hace vulnerables y nos causa temor. Cuando nos acercamos a los demás y compartimos nuestros sentimientos crece la amenaza de ser expuesto socialmente. La expresión de la ternura y el amor por los demás, así como la expresión de los propios sentimientos pueden desencadenar el miedo. El fantasma de que otros extraños Miedo a la desaprobación y a las críticas


En lo más profundo del temor al éxito y al fracaso se encuentra el temor a ver afectada la autoimágen y rebajada la autoestima. Estas son tan importantes y están tan enraizadas en nuestra personalidad que constituyen nuestro sentido de identidad. Nos importa la imagen que los demás se forman de nosotros, especialmente cuando son nuestros familiares y amigos. Nos esforzamos en aparecer ante los demás bajo una luz favorable. Su aprobación y sus críticas nos preocupan a veces tanto que nos esclavizamos de qué dirán.

El deseo de aprobación y el temor a la desaprobación nos quitan libertad y autenticidad provocando una confusión en la propia identidad.

Muchos jóvenes son incapaces de responderle a Dios porque los papás no están de acuerdo o por temor a lo que pensarán los demás, los comentarios de los demás les asustan y no les permiten optar libremente. Es necesario tomar en cuenta que la opción supone renunciar a lo que es nuestra mayor seguridad.
Miedo a la soledad

Todos tenemos miedo a quedarnos solos en la vida, a carecer de amigos, a no ser amados. A pesar de los avances tecnológicos y los medios masivos de comunicación el hombre continúa sintiéndose sólo. Muchos hemos experimentado cómo a pesar de estar en lugares llenos de gente, nos sentimos solos. Otros tantos temen quedarse solos y enfrentarse consigo mismos para reflexionar, para orar; buscan el ruido, los ritos, la música, la computadora, la televisión, etc. El temor a quedarnos solos puede llevarnos a tomar decisiones equivocadas en nuestra vida.

Miedo al cambio

Todo cambio produce estrés, aunque haya sido anhelado como una boda, un grado profesional, etc. Naturalmente tememos a todo lo nuevo, lo desconocido, porque en todo cambio se encuentra algo de riesgo. Aunque un cambio puede traer resultados benéficos, nos asusta el que las cosas puedan quizás empeorar con ese cambio. Quedarnos en este temor nos impide cambios significativos en nuestra vida
Miedo a crecer

El crecimiento personal necesariamente exige cambios en el ser humano pero el cambio como ya dijimos implica riesgo y el riesgo causa temor. Por eso la gente prefiere no crecer y se queda en la mediocridad. Alguien dominado por el miedo a cambiar es incapaz de aprender algo; no busca nuevos amigos, no mejora sus métodos de trabajo ni se actualizan en su profesión; carece de aspiraciones y de metas; carece de aspiraciones y de metas; prefieren la rutina y la costumbre.
Miedo a la libertad

Al igual que el éxito, aunque todos queremos ser libre, la libertad también nos asusta, porque cuanto más libertad tenemos, nuestros impulsos tienen la rienda más suelta, tenemos que estar más vigilantes para poner nuestros propios límites. La libertad implica responsabilidad sobre nuestra vida y nuestros actos. Si queremos ser personas maduras tenemos que asumir responsabilidades y ser los dueños de nuestra propia existencia. Nadie debe hacer las cosas por nosotros.

¿Cuáles de estos fantasmas sientes que están presentes en tu proceso de discernimiento vocacional? ¿En qué lo descubres? ¿Qué piensas hacer ante estos fantasmas?Formas para matar los fantasmas


No podemos ni debemos dejar que el miedo se apodere de nuestra vida. Más aún, podemos aprovechar el miedo como herramienta de crecimiento personal.
Muchos temores son infundados e irracionales, provienen muchas veces más de nuestra historia que de nuestro presente. Es importante aprender a controlar la imaginación y esforzarse por adquirir una madurez integral de la personalidad, este es un trabajo para toda la vida.


Para controlar los fantasmas hay que hablar abiertamente el miedo. También Jesús en Getsemaní experimentó tristeza y angustia. (Mc. 14, 34) y lo confesó sin avergonzarse. Debemos identificar la causa del miedo, compartirlo con nuestro acompañante vocacional. Es muy importante planear acciones concretas porque el miedo tiende a paralizar la persona y la parálisis aumenta el miedo. Hay que actuar. El cristiano encuentra en la fe y en la oración una incomparable fuente de fortaleza para controlar sus miedos.
Cosas que te puedes proponer para superar tus miedos

Medita la Palabra de Dios. En ella siempre encontrarás palabras de aliento que el Señor ha dado a aquellos que llama. “No tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte” (Jr. 1,8).

La continua presencia de Cristo nos hace superar el miedo. Ten en cuenta frecuentemente cómo Él está presente en tu vida. Procura siempre estar abierta a la gracia para que puedas percibir en tu interior la voluntad de Dios; recuerda que Dios habla a través de los acontecimientos.

Recuerda y renueva los motivos de tu opción siendo conciente de que no estás sola, sino que Cristo está contigo.

Cree e ilusiónate con el proyecto que traes en tu vida, se capaz de creer en el futuro del mundo y de la Iglesia.

Ora con frecuencia presentando a Dios el proyecto de tu vida, Él siempre responde, y cómo a los personajes bíblicos te dará fortaleza para superar los temores. Haz de Jesús y de María tus mejores amigos, recuerda que ellos están contigo siempre, te aman, te escuchan, te entienden. Puedes orar platicando con ellos todos los días.








miércoles, 22 de septiembre de 2010

ORACIÓN VOCACIONAL

¿Sientes la inquietud por descubrir cual es el Proyecto, el "Sueño" que Dios tiene para ti?
Vive la aventura del un proceso de discernimiento en el que seguramente encontrarás las respuestas que andas buscando.
Comunicate con tu amigo Jesús a través de la oración y comunicate también  con nosotras

Ayúdame a decir sí


Ayúdame a decir sí,
para responder a tu llamado,
que siempre me regala
un desafío nuevo,
un crecimiento posible,
una huella que se abre…
Ayúdame a decir sí,
que es decir no a muchas cosas
para responder con la vida
a Alguien que me llama,
porque me ama
y quiere lo mejor para mi vida.


Ayúdame, Señor,
a decirte que Sí.

- Que así sea -

lunes, 7 de junio de 2010


Te compartimos un poco más de lo que hace latir nuestro corazón
a través de esta imágen.

Y ya lo sabes: si tu corazón también late por este proyecto
y de verdad te late, ponte en contacto con nosotras.

miércoles, 21 de abril de 2010

Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones


La vocación es de todos y para todos unámonos en oración

El TEMA de la jornada:
“Pueblo de Dios: todos somos sacerdotes”.

- La jornada vocacional se injerta de lleno en el “Año sacerdotal”.
- El sacerdocio es una vocación de todo el pueblo de Dios por el bautismo, sin quitar importancia al sacerdocio ministerial.
- El Sacerdocio común de todos los fieles es un DON de Dios, recibido en el sacramento del bautismo. Nos injerta en Jesús (rostro de Cristo del que emanan todos los ministerios y vocaciones), unifica todos los ministerios y servicios (expresados en la fusión de algunos servicios del pueblo de Dios: la oración, la evangelización, la comunión, el servicio a los últimos, el sacerdocio ministerial…), y se expresa en las TAREAS y MISIÓN a la que Dios nos llama a realizar, desde SU LLAMADA a ser CRISTIANOS, discípulos de Jesús, Ministros (sacerdotes) de Cristo en: la ofrenda de la propia vida (Oración y sacrificio, Eucaristía) - testimonio de fe , esperanza y caridad, viviendo la comunión de la familia, de la comunidad – la caridad y el servicio a los más necesitados y pobres…

- EN LA IGLESIA cada uno tiene su SERVICIO SACERDOTAL:
a) Los laicos: el servicio sacerdotal de ofrecer la propia vida, de ofrecer el mundo y sus obras: trabajo, familia, comunicación, política etc. y transformar las realidades del mundo en obra de Dios…
b) Los consagrados y consagradas: el servicio sacerdotal del Testimonio, de la propia vida como profecía de los valores del Reino…
c) Los Presbíteros (sacerdocio ministerial): el servicio sacerdotal por excelencia, de la eucaristía, de la misericordia, de ser guía, pastor y cabeza de la comunidad-Iglesia…

CONCLUSIÓN:
- Todos somos llamados por Jesús Sacerdote a seguirlo…
- Todos y cada uno con su propia identidad y misión, en el mundo y en la comunidad…
- Algunos somos llamados a ser SACERDOTES – PASTORES poniendo toda la propia vida al servicio de Jesús y de su Reino…
- LOS SACERDOTES son una vocación muy importante.. hay que orar por ellos, por su perseverancia, para que no faltes…

miércoles, 17 de febrero de 2010

ORACIÓN VOCACIONAL


Agradezcamos al Dios de la vida con Félix de Jesús, la hermosa Vocación a la que nos ha llamado y sigamos orando por las Vocaciones

Oración
Te bendigo, Padre bueno, por haberme llamado a la vida; concédeme entregarla en el servicio a los demás.
gracias, también, por mi hermosa vocación: ser, en la Iglesia y para el mundo, testigo de tu amor.

Por intercesión de María, regalame la gracia de la fidelidad, como se la concediste a tu hijo Félix de Jesús.

Espíritu Santo, transformame en Jesucristo, e impulsame a colaborar con él en la salvación del mundo.

Complejo de estrella ¡ATREVETE!

Complejo de estrella
¿No has pensado nunca en ser "estrella" y brillar para los demás?


Complejo de estrella
Por ahí se extiende este germen contagioso. ¡Epidemia! Los síntomas son muy variados. ¿Será benigno o maligno?

Rostros castigados por la jornada, pero sonrientes. Ojos brillantes y encendidos de un intenso azul. Párpados cansinos que inyectan guiños de ilusión. Carnes tatuadas de felicidad y alegría. Cuerpos, aparentemente inútiles, incluso atrofiados por la enfermedad, que esconden almas suaves, limpias, elásticas, ¡vivas y calientes!

Tomemos las debidas precauciones. Avanza como una plaga. Se expande como el polen. ¿Se trata de un síndrome o de un tumor? No lo sabemos, pero amenaza contagiar a toda la humanidad.

Algunos entendidos de las más prestigiosas universidades lo han calificado como "la epidemia de una exacerbada exaltación vivencial de ilusiones y esperanzas; una expectación optimizada, fruto de anhelos conquistados, metas realizadas y consecuencia de una constante y desinteresada donación a los demás". Yo creo que se quedan cortos. ¡Vaya palabrejas!

Dicho más simplemente, para que nos entiendan incluso los bebés: es un
complejo de estrella. Así de simple: estrellitis. Y además aguda.

Estrella... ¿No has pensado nunca en ser "estrella" y brillar para los demás? Algo así como vivir en un mundo nevado, en un paisaje navideño para encauzar
los pasos de tantos reyes magos que andan por estos mundos de Dios
rastreando la felicidad.

¿Yo, estrella? ¿Por qué?

Mejor pregúntate: ¿Por quiénes? ¿Qué hay "dentro" de la estrella? ¿Quién enciende su fuego? ¿Quién habla entre sus llamaradas? ¿Qué susurra su voz que atraviesa universos?

Responder a estos interrogantes es muy fácil. Si de verdad quieres convertirte en estrella sólo necesitas dos ingredientes. Es una vieja receta de cocina: Luz y calor.

La estrellitis es una enfermedad saludable que suministra luz y calor. Luz para las inteligencias y ráfagas de amor para los corazones. Se trata de aportar luz para las mentes y las conciencias. Requiere arder en la verdad y repartir sus llamaradas a los cuatro vientos. La estrellitis contagia también su calor. Su luz abrasa. Sus pupilas animan. Sus manos secan las lágrimas más amargas.

Si ante el dolor y la injusticia has sentido frío y calor a un tiempo, como cuando se tiene fiebre, es el mejor indicio de que ya has comenzado a ser estrellas para los demás.